el tsunami y los vídeos de los pobres
Un nuevo mercado negro de productos audiovisuales acaba de surgir en torno a la catástrofe del tsunami. Se trata de vídeos reflejando el momento en que la ola del maremoto llegaba a las playas turísticas y arrastraba a los bañistas o espectadores estupefactos.
¿Es escandalosa esta venta de la desgracia ajena?
No debían ser precisamente los diarios los que encabezasen la indignación contra esta aparición de nuevos e inéditos canales de comunicación ya que, ellos los primeros, encabezaron la lógica compra de materiales audiovisuales ofertados por turistas y retransmitidos inmediatamente por las principales cadenas mundiales de televisión.
Estos vídeos y la coincidencia de su emisión en el periodo navideño han provocado la mayor corriente solidaria, monetariamente hablando, de la historia.
La diferencia entre unos vídeos de primera generación - los que retransmitieron las cadenas internacionales y los segundos los que ahora se ofertan en CDs para el mercado local es muy simple: los primeros están producidos por turistas occidentales y los segundos son productos locales.
Los aficionados locales, los camareros del hotel o los vendedores de souvenirs, también tenían cámaras. El acceso a los medios les fue más difícil porque los periodistas contactaron más rápidamente con los turistas occidentales por lógica afinidad e idioma.
En esta catastrofe se ha demostrado que los materiales de la noticia, los instrumentos para dar a conocer la realidad por parte del periodista, han cambiado. El profesional no construye el reportaje a partir de producción propia sino que gestiona materiales que le son aportados por la sociedad civil.
Bienvenido sea este nuevo periodo y las posibilidades que ofrece consecuencia de la nueva oferta tecnológica en reproducción audiovisual (desde los vídeos a las fotos digitales con la inclusión de la nueva generación de teléfonos móviles con reproducción visual incorporada).
Si, ahora, unos pobres desgraciados se ganan unas rupias con la venta de productos locales del mismo sensacionalismo que oportunamente han utilizado todos los medios de comunicación mundiales y corren por internet imágenes morbosas del acontecimiento, es problema de los consumidores de estos productos y no de los medio ni de la novedad del acontecimiento.
El panorama mundial de la información producto de la globalización en gran medida ha cambiado y es necesario adaptarse a estas nuevas redes de comunicación.
¿Es escandalosa esta venta de la desgracia ajena?
No debían ser precisamente los diarios los que encabezasen la indignación contra esta aparición de nuevos e inéditos canales de comunicación ya que, ellos los primeros, encabezaron la lógica compra de materiales audiovisuales ofertados por turistas y retransmitidos inmediatamente por las principales cadenas mundiales de televisión.
Estos vídeos y la coincidencia de su emisión en el periodo navideño han provocado la mayor corriente solidaria, monetariamente hablando, de la historia.
La diferencia entre unos vídeos de primera generación - los que retransmitieron las cadenas internacionales y los segundos los que ahora se ofertan en CDs para el mercado local es muy simple: los primeros están producidos por turistas occidentales y los segundos son productos locales.
Los aficionados locales, los camareros del hotel o los vendedores de souvenirs, también tenían cámaras. El acceso a los medios les fue más difícil porque los periodistas contactaron más rápidamente con los turistas occidentales por lógica afinidad e idioma.
En esta catastrofe se ha demostrado que los materiales de la noticia, los instrumentos para dar a conocer la realidad por parte del periodista, han cambiado. El profesional no construye el reportaje a partir de producción propia sino que gestiona materiales que le son aportados por la sociedad civil.
Bienvenido sea este nuevo periodo y las posibilidades que ofrece consecuencia de la nueva oferta tecnológica en reproducción audiovisual (desde los vídeos a las fotos digitales con la inclusión de la nueva generación de teléfonos móviles con reproducción visual incorporada).
Si, ahora, unos pobres desgraciados se ganan unas rupias con la venta de productos locales del mismo sensacionalismo que oportunamente han utilizado todos los medios de comunicación mundiales y corren por internet imágenes morbosas del acontecimiento, es problema de los consumidores de estos productos y no de los medio ni de la novedad del acontecimiento.
El panorama mundial de la información producto de la globalización en gran medida ha cambiado y es necesario adaptarse a estas nuevas redes de comunicación.
3 comentarios
Òscar Buetas Lorente -
Desastre tras desastre, y por muchas denuncias que se hagan, van surgiendo casos similares y seguramente seguirán surgiendo.
A esto hay que añadirle que es mucho mas morboso ver una imagen en primera linia de los hechos que no a un kilometro como mínimo. Y que mejor si estas imágenes han sido grabadas por personas no profesionales, ya que dan más realismo a la secuencia.
Además para los medios es mas fácil tener imagen de alguien que ha estado allí, al que se le pagan las images, y así este se gana un dinerito, que no enviar a un equipo entero de grabación. Por no decir que se considera más importante lo que hay delante de la cámara que lo que hay detrás.
En definitiva, desgraciadamente cuantas más catastrofes haya más casos similares surgirán o cuanto mas tiempo se dé importancia a los acontecimientos más "videos aficionados saldrán" (y sinó solo hay que ver que del atentado de Madrid aún siguen saliendo imágenes).
P.S.:perdón por las faltas ortográficas del texto anterior.
Oscar Buetas Lorente -
Desastre tras desastre, y por muchas denuncias que se hagan, van surgiendo casos similares y seguramente en segurián surgiendo.
A esto hay que añadirle que es mucho mas morboso ver una imagen es primera linia de los hechos que no a un kilometro como mínimo. Y que mejor si estas imagenes han sido grabadas por personas no profesionales, ya que dan mas realismo a la secuencia.
Además para los medios es mas fácil tener imagen de alguien que ha estado allí, al que se le pagan las images, y así este se gana un dinerito, que no enviar a un equipo entero de grabación. Por no decir se que considera más importante lo que hay delante de la cámara que lo que hay detrás.
En definitiva, desgraciadamente cuantas mas catastrofes haya más casos similares surgirán o cuanto mas tiempo se de importancia a los acontecimientos más "videos aficionados saldrán" (y sino solo hay que ver que del antentado de Madrid aún siguen saliendo imágenes)
Alan Cabañas Barroso -